En los años 80, la lucha por la igualdad de las mujeres, en su evolución, tomó una nueva dirección: la de la autoapropiación. Este enfoque fue asumido por las mujeres y expresado de diversas maneras. Gran parte del enfoque se centró en el empoderamiento a través de la sexualidad y la propiedad de nuestros cuerpos, como la disponibilidad y el acceso a la anticoncepción y la protección. Gracias a la concienciación radical, la violencia doméstica y el apoyo a las familias monoparentales también alcanzaron un nuevo nivel. Nuestras voces finalmente se escuchaban, desde nuestra perspectiva. Se lo debemos en gran medida a las mujeres valientes que abrieron camino a través de la música y nos dieron la banda sonora de la revolución en constante evolución.
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