Mujer (K)Noche
Por: Carmen Dual
Desde la creación de nuestro local comercial, la intención de Melody fue usar nuestra tienda para algo más que vender. Al ser la única tienda para mujeres en nuestra cuadra, en el distrito Fairfax de Los Ángeles, nos honra ser una voz femenina en el corazón de una comunidad dominada por hombres. Por ello, el fin de semana pasado, Melody invitó a su mentora, Julie Walker, a nuestro espacio para impartir un taller. Para una breve introducción, Julie es médica intuitiva y desarrolla modelos de evolución relacionados con la sanación, basados en la observación de patrones universales de cambio. En esencia, estudia las tendencias dentro de las civilizaciones que las impulsan a auge y caída, incluyendo el mundo moderno en el que vivimos hoy. El taller, en esencia, fue un encuentro de mentes, una experiencia que queremos compartir con todos ustedes.
Aunque tuvimos dos reuniones separadas, la del viernes por la noche fue solo para mujeres. Estar en una sala llena de mujeres hermosas, inteligentes, elocuentes y conscientes fue muy empoderante y, para ser sincera, refrescante.
No cabe duda de que las tragedias que presenciamos actualmente en las noticias, en las redes sociales, en nuestras comunidades, en nuestros hogares, en nuestras escuelas y en nuestras vidas son resultado directo o indirecto de una desastrosa pérdida de amor. La pregunta que Julie nos planteó fue: ¿qué papel juega lo femenino en llevarnos a este punto y qué podemos hacer para que la humanidad vuelva a encaminarse?
Aunque parezca una observación obvia, desconocía una verdad muy simple: si lo femenino no está conectado con nuestra esencia y con quienes nos rodean, nuestro mundo exterior siempre reflejará un estado de desorden y caos. Siendo creadoras de vida y conectoras del mundo espiritual y físico, las mujeres debemos ser especialmente cuidadosas y cautelosas a la hora de mantener nuestro poder. ¿Cómo nos mantenemos en nuestro yo más pleno, elevado y poderoso? Me complace compartir que es más sencillo de lo que parece.
En nuestra cultura "instantánea", las mujeres hemos perdido poder de diversas maneras, incluyendo aquellas que nos hacen femeninas. Las redes sociales se han apoderado de nuestra vida diaria y perpetúan la inseguridad, la comparación, el aislamiento y el autodesprecio; han elevado el nivel de vanidad y priorizan lo físico en lugar de centrarse en quiénes somos. Además, reprimen nuestra interacción; fácilmente ignoramos si alguien no nos hace caso. No fuimos creadas para interactuar de esta manera; de hecho, ¡nos distraen de cómo deberíamos hacerlo! El mundo exterior se centra únicamente en decirnos quiénes somos, en lugar de fomentar el autodescubrimiento y la conexión.
Nuestra cultura está obsesionada con la seducción. Usamos la seducción —una función del cerebro posterior— como herramienta principal para conseguir lo que queremos, renunciando a nuestra fuerza de atracción natural —una función del cerebro frontal—. Al recurrir a la seducción, reaccionamos a una falta de poder y, por lo tanto, erosionamos la atracción natural que libera un poder ilimitado porque irradia de quien eres, no de quien no eres. La atracción es actuar con autenticidad y te conecta con el flujo del universo. Cuando somos auténticos, ¡no hay competencia! Cuando partimos de nuestra esencia auténtica, hay espacio para todos porque todos somos creados de manera divina y única. Somos verdaderamente uno solo. ¡¿Qué tan asombroso es eso?!
Usar instintos ajenos a nuestra naturaleza espiritual provoca reacciones en cadena. Como mujeres, creamos los estándares de respeto e interacción, y lamentablemente hemos olvidado quiénes somos y hemos caído en el espejismo que el mundo nos ha presentado. Cuando olvidas quién eres en tu esencia más pura —un ser espiritual—, esto se manifiesta en miedo y desamparo.
Así que les pregunto esto: ¿qué les recuerda a ustedes mismos? ¿Qué cosas o personas despiertan su mejor versión? ¿Qué les da identidad? ¿Qué cosas les conectan y les hacen sentir como en casa?
¿Es un olor? ¿Es tu mejor amigo? ¿Es estar en la naturaleza? ¿Es correr? ¿Es nadar? ¿Es pintar? ¿Es leer? ¿Es escuchar cierto tipo de música? ¿Es estar en cierto lugar? Podría ser cualquier cosa. Lo importante es saber cuáles son esas cosas y mantenerte conectado a ellas. Solo quieres conectar con personas que te empoderen y te reconozcan; no podemos permitirnos menos que eso. Es en este espacio donde abrazamos nuestros Roles Sagrados y nos enfocamos en los dones que tenemos, no en los que no tenemos. Nos obsesionamos demasiado con lo que no somos, en lugar de con lo que somos, y es aquí donde nos perdemos. Asegúrate de conectar contigo mismo y reflexionar. No necesitas que nadie reconozca tu poder, ¡ya lo tienes! Es innato en ti. Para que conste, seamos claros: no queremos la perfección, ¡te queremos a ti! Así que preséntate, queremos ver tu verdadero yo.
Con amor,
Equipo ME
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